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Carena

DE PORT OLIMPIC A ROQUETAS DE MAR

DE PORT OLIMPIC A ROQUETAS DE MAR

Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya,
y amontonado en tu arena tengo amor, juegos y penas (...)

A fuerza de desventuras,tu alma es profunda y oscura.
A tus atardeceres rojos se acostubraron mis ojos
como el recodo al camino...

Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo



Este proyecto comenzó a tomar forma para mi este verano. Cierto día, charlando con Roger Rabbit me comentó que pasado el verano tendría que bajar su barco desde Barcelona a Rota y me invitó a formar parte de su tripulación. ¡Menuda oportunidad!. Desde ese día planifiqué mis vacaciones de modo que pudiera tomarme unos días libres en el momento en que tuviéramos que partir. 

Cuando llegó ese momento yo acusaba nuevamente el síndrome de la olla express. Si, volvía a estar hasta el moño de responsabilidades y necesitaba esa escapada. Además, daba la casualidad que el punto de partida era Barcelona, mi tierra de adopción, por la que siento un gran cariño. La salida estaba prevista el miércoles 31, pero yo llegué un día antes por aquello de saludar a antiguos amigos de juventud y como no, para conocer a algunos de los cofrades que por allí paran. 

La bienvenida de estos cofrades fue impresionante. De verdad, todos aquellos que no hayáis pasado por Port Olímpic no dejéis de hacerlo. Con la primera personita que me encontré fue con Itaca, ahí estaba ella,  tan mona, con una sonrisa de oreja a oreja y los brazos abiertos (y el motor en medio del salón de su barco). Con Itaca fue con la que más tiempo pasé en el tiempo que paré por Barcelona, y que tiempo más bien empleado. No te puedes aburrir con esta mujer, además que las dos no nos cansamos de darle a la lengua.  

Al poco llegó Miravent. A Jordi ya lo conocí en Cabrera este verano, y qué queréis que os diga, tenía muchas muchas ganas de volver a verle. Es un tío tranquilo, agradable, no le gustan los chismes, y no sé, que os puedo decir, me encanta Miravent mucho mucho. ¡Ah! Me dio el video de la Kdd de Cabrera, y fue lo primero que hice al llegar a casa, disfrutar recordando a algunos de los amigos que hice esos días. 

Y casi seguido llega Quim. Este “jovencito” es simpático, de sonrisa permanente, divertido. Quim estuvo a puntito de formar parte de la tripu del Alendra Dos, lástima que al final no pudo ser porque ahora que lo conozco creo que habría sido genial contar con el en la travesía.  Comimos los 4, y quedamos para cenar, la pena es que Quim es un chico muy muy responsable, y sus obligaciones caninas le impidieron asistir. Una pena. 

Llegada la noche el grupo de cofrades aumentó. Además de los ya reunidos se unió al grupo Atlántida, Panxut, Sinera y Rik con un amigo. Bueno… Atlántida es una mujer a la que hay que conocer. Me habló de la que tenían liada con la organización. Desde luego, da gusto ver como le ha puesto tantísima ilusión. No es nada fácil organizar un sarao así, y se la veía tan contenta. Además, lo hacía desde la humildad propia de las grandes personas, no se atribuyó todos los méritos, también habló maravillas de Rom. Aunque me haya sido imposible asistir a tan grandiosa kdd, gracias Atlántida, por tu esfuerzo, por el cariño y la fe que le has puesto, por las ganas, por las preocupaciones en que todo saliera bien y por ser como eres. Ahhhh, y gracias por las almendras y por ese collar que hacía juego con mi pulsera, eres muy observadora y detallista. Sobra decir que me queda monísimo de la muel.lte. 

Para encontrar a Panxut casi tenemos que llamar a Paco Lobatón. Ahí estábamos los 3 dando vueltas como tontos teléfonos en mano buscándonos. Nos habría venido bien un gps. Panxut es tal como uno se imagina. Bueno, no, es mejor. Ya tenía buen concepto de él, pero gana en las distancias cortas. Es todo un caballero, con un corazón de oro, se le nota al hablar de sus amigos. A él le debo llegar a mi hotel enterita, pues  corría el riesgo de coger una hipotermia. ¡Coñees que frío hace de noche en Barcelona!. 

La cena fue muy amena. Daba la casualidad que Rik llegaba ese mismo día a Barcelona y se unió al grupo. Y Sinera. Aissss. Esta chica vale mucho. Dejó sus obligaciones familiares abandonadas por un rato para compartir velada, y vino desde el quinto carajo. Sinera es una chica alta, guapisima, con un tipazo y un no sé qué, lo que dije, que tiene ángel. Es muy dulce y generosa. Me prestó el  pañuelo calentito que la abrigaba cuando empecé a tiritar. Quien me mandaría a mi plantarme tan “despechugá”. Gracias. A la hora de regresar como tenía bastantes km nos quedamos preocupadillos. Al poco, poquísimo tiempo, llamó a Itaca para tranquilizarnos diciendo que ya estaba en casa. ¿Yaaa? Jodía con lo tranquilita que parecías ¿Cuánto le pisaste al acelerador? ¿Estás segura de que no eres tractorista? Lo importante es que llegaste bien y que fue todo un placer compartir un ratito con una de las habituales del Chat. 

Al día siguiente me despertó bien temprano el móvil del trabajo. Llevaba 2, uno que tengo restringidas todas las llamadas que huelan a responsabilidades y el otro,destinado a temas laborales. Me pillé un rebote del quince. Eran alrededor de las 7. ¿Qué parte de “estoy de vacaciones” no habían entendido? Sin pensarlo dos veces, quité la sim a ese móvil y la tiré al wc. Fue un gustazo ver como se la tragaba el agua de la cisterna con solo darle a un botoncito. Ale, ya está, ahora sí que estoy de vacaciones. 

Recogí todas mis cosas y me fui en busca del armador del Alendra Dos, que llegaba esa misma mañana. Y con él Luis. A Roger Rabbit ya le conocía personalmente, aunque nunca había navegado con él. Roger es un tipo con el que se puede conversar de todo, es inteligente, y dialogante. En absoluto es una persona cerrada en sus ideas, por mucho que algunos piensen lo contrario. Es un hombre sensato, reflexivo,  que acepta críticas, y escucha otros argumentos, todo ello en un tono distendido. A veces, hay que conocer a las personas personalmente, sentarse a frente a frente con ellas, y echar un ratito. Y este tiene mucho que enseñar desde su experiencia. Además, como patrón demostró ser de los buenos, dispuesto a compartir conocimientos, a que todos sacáramos algún provecho de esta travesía además del placer de navegar. Es meticuloso a la hora de llevar el libro de bitácora, de los que navegan como hay que hacerlo, señalando todo al detalle en dicho cuaderno y en las cartas. He aprendido que en un momento dado, se puede prescindir del gps teniendo cartas, lápiz y compás. Que siempre se ha navegado así, y gracias a él me he puesto a repasar los ejercicios olvidados del PER. Porque sinceramente, no he vuelto a marcar una carta desde que me examiné de patrona y eso es un gran error por mi parte. Los buenos maestros no son tan solo los que muestran el por qué o el como. Los buenos maestros, los mejores,  son aquellos que terminada la lección hace que vuelvas a casa con el firme propósito y muchas ganas de seguir aprendiendo. Juanjo, Roger, es uno de esos, de los buenos de verdad. Gracias. 

Luis, sevillano con arte, se estrenaba con esta travesía. Hizo un curso de vela hace ya un montón. Joder, menudo estreno que tuvo el niño. Y estuvo a la altura, vaya si lo estuvo. Me da que este chico tiene ya la mar metida en vena. Además es un chico cariñoso, siempre con una sonrisa en los labios, con una mirada dulce, con una palabra cariñosa, con un fondo, con un interior que no tiene fondo. Provoca ternura Luis. Javi, en una ocasión me preguntó ¿por qué le llamas el niño si es mayor que tú? Pues fíjate que a mi se me antojaba que era nuestro niño, que había que mimarlo. Luis, espero volver a coincidir contigo bien pronto. 

En fin, allí estaban, liados poniendo un nuevo piloto automático. El barco tenía una pinta magnífica, y estaba muy muy bien equipado. Lo que más me llamó la atención nada más subir fue la amplitud de su bañera. Parecía superior a la de un 34 pies. Como soy bastante inútil con esto de la electrónica y otros arreglos, tuve la sensación de ser un estorbo, estaban con todo por medio, no desordenado, pero tras preguntarles si podía ayudarles o hacer algo y viendo que en ese momento no podía ser útil, opté por ir en busca de mi dosis de cafeína.  

¡Y qué casualidad! Nada más llegar a la cafetería me encuentro con Piratacojo, otro de los miembros de la tripulación. A Javi ya le conozco, y he navegado con él. Ciertamente cumple el perfil de buen tripulante. Sirve pa tó. Igual ameniza los ratos tontos con un sinfín de chistes, que prepara unos cafés estupendos que hace arreglitos de todo tipo. Y jamás tiene un mal gesto, su talante a bordo es ejemplar, siempre de buen humor, amable, y dispuesto a lo que haga falta. Un lujo, vamos. 

La instalación del piloto se alargó más de lo previsto, hicimos una parada para comer: Atlántida, Itaca, Roger, Luis, Pirata y yo. Tras la sobremesa nos repartimos las tareas. Juanjo y Luis seguirían con el piloto, Javi se iría con Itaca a comprar cartas de la zona. Itaca y yo nos iríamos al Alcampo de compras. ¡Puffff! Tenía que comprar las provisiones para la travesía. Estaba acojonada. ¿Y si me pasaba? O peor ¿y si me quedaba corta. Porque claro, yo sé lo que compro pa mi barco, pero para una travesía de varios días, con 3 personas más pues dudaba si atinaría con las cantidades.

Para mi hay dos cosas indispensables que llevar a bordo: café y sobres de sopinstant, esto último sobretodo si hace frío. Puesto que ninguno éramos muy diestros con la cocina, optamos por evitar berenjenales en los fogones. Puesto que sería 4 o 5 días y que pararíamos de cuando en cuando en algún puerto pues se decidió de tirar de embutidos.  Y así se hizo: se compraron embutidos ya cortados en rodajas envasados en blisters. Además de un surtido de patés. También compré ensaladas de esas que vienen envasadas ya cortadas y lavadas. Solo hay que servir y aliñar.  

Mi experiencia en este tipo de compras es limitada, pero apliqué en mi elección lo que sabía que a la gente le ha gustado cuando ha  estado en mi barco: Compré una tarrina de sobrasada. He comprobado en las travesías con el cachalote que a todo el mundo le resulta apetecible una tostada bien untada con sobrasada. Las tortillas de patata ya hechas y envasadas al vacío también son muy prácticas. Solo hay que calentarlas en la sartén (en el caso de que no tengas horno) vuelta y vuelta. Recomiendo las que tienen cebolla, pues son más jugosas que las otras. Las patatas fritas, aparte de las tradicionales, pues compré de esas al plato, que son las finitas. Vamos, las patatas pajas de toda la vida. He comprobado que no se reblandean tanto como las otras una vez abierta la bolsa. 

En el tema de la leche pues… a mi no me gusta demasiado la leche condensada, demasiado dulzón queda el café. Pero como no era solo mi gusto pues compré un bote de condensada y otro de leche en polvo. Lo práctico de la leche en polvo es que no corres el riesgo de que se eche a perder por las altas temperaturas, y su fecha de caducidad es muy amplia, así que es una buena solución para los que nos gusta la leche. Para evitar poner cafetera compré un bote de Nescafé, y además para los que no les gusta la cafeína compré cola-cao en sobres. También este tipo de envase es práctico, a mi modo de ver. Las galletas príncipe triunfaron, así como los sobaos. Los sobaos siempre los compro de esos que dentro del paquete vienen envasados individualmente, para que no se pongan duros. Lo que me extrañó, es que nadie le metió mano a las Oreo. El chocolate… negro, por supuesto, y una de blanco para el niño. Y comohabia que mimar al niño y quería chuches pues una de gominolas, un pecado con el que empiezas y no paras hasta terminarlas. ¡¡Dios!! Después de esto me espera una larga condena de Biomanán. 

He aprendido algo que ignoraba, el pan de molde aguanta más si es integral. También compré mini-tostas de esas que vienen envasadas en paquetitos de 5 o 6. Al estar así, no se ponen pochas. Un error: compré un par de botellitas de Ron y Bombay, pero no contaba con que la tripu era algo abstemia. En fin, este es el resumen de mi 1ª  responsabilidad, creo que no salió tan mal. Yo como siempre agradecí esa crema de champiñones o ese consomé de sopinstant bien calentito durante las guardias nocturnas. Revive hasta a los muertos. 

Bueno, y ya echo el borrador sobre mi tesis para no morir de inaninación en el barco, continuo. ¿No queríais detalles? Pues ahora a joderse y a tragar ladrillo. Al final, entre las compras, el piloto y demás nos dieron las tantas, así que decidimos pasar la noche en Port Olimpia y zarpar a la mañana siguiente. Algo que me gusta de Roger, la libertad que da. Me encargué de estibar las cosas. Ellos seguían liados en otros menesteres y odio estar cruzada de brazos. Me dijo que lo hiciera según mi criterio, cosa que me agobia, porque no es mi barco ni conocía las preferencias del armador. Pero bueno, al menos era util, estaba ocupada en algo. 

Rik se encargó de asesorar muy bien a Roger, e Itaca también aportó mucho. Al final Itaca, la rubia mas salá de la taberna nos acompañó en la cena y mostró su hogar a la tripu del Alendra Dos. Todo un honor que nos abrieras tus puertas. 

El reparto de camarotes lo decidió Roger. Decidió, que sobretodo en las guardias, él dormiría en una litera del salón. Yo iría a proa, y Pirata y luis en el camarote de popa. Le comenté que podíamos turnarnos en proa y salón, por lo menos que durmiera allí los días que estábamos en puerto, que estaría más cómodo, pero su parte maña se muestra muy cabezota cuando decide algo. Días antes le pedí que me tratara como a uno más, sin consideraciones especiales por ser la única chica a bordo. Así que entendí que su decisión era porque el se encontraba mejor allí, al menos con la tranquilidad de poder controlarlo todo. El reparto estaba hecho ya y donde manda patrón no manda marinera. 

La mañana de la partida fui la primera en despertar. Supongo que es la costumbre de madrugar. Allí estaba yo, en el camarote de proa encerrada, intentando no hacer ruido pa no despertar al personal. Pero necesitaba un café. Y me estaba haciendo pis. Joer, salir supondría despertar al personal, pero por otro lado el camarote se me antojaba cada vez más y más pequeño. Me vestí, tratando de no hacer mucho ruido, salí por la escotilla, di un paseo por cubierta. Otro por el pantalán. ¡Joer mi vejiga iba a estallar! Y como fumadora empedernida tenia una necesidad imperiosa de cepillarme los dientes. Así que entré de nuevo por el agujero, saqué mi cepillo de dientes, un pequeño neceser que eché al bolsillo de la chaqueta y fui en busca de café y un aseo.  

Al cabo de un buen rato aparecieron mis compañeros. Yo ya estaba plácidamente dando cuenta del 2º café y el cigarrito correspondiente, disfrutando de la tranquila mañana con vistas al puerto. Por lo visto, mis compis, muy prudentes se tiraron un cuarto de hora llamando a la puerta de mi camarote. Por lo que me contaron ya dudaban si me había pasado algo ¡¡Desde luego!! Joer pues haber abierto la puerta antes panolis. Si es queee. Me hizo mucha gracia. 

Tras un generoso desayuno, partimos finalmente rumbo al sur. La mañana era espléndida, reinaba el buen humor, y las ganas de navegar. Lo pesado: la puñetera mar de fondo y el escaso por no decir inapreciable viento. La verdad es que es un poco coñazo ese meneo. Aún así, mi sensación era de plenitud, ahí estaba yo, de nuevo en el mar, con un buen puñado de millas por delante y una compañía excelente. La travesía prometía. 

Nada más salir bajé no recuerdo a qué y descubrí agua en el suelo. ¡La sentina estaba a tope! No, si ya decía yo que era raro que me subiera a un barco y no pasara nada. A medida que achicábamos se volvía a llenar. Por lo visto llenamos los depositos demasiado, y ya había agua de los anteriores tripulantes. Cometimos el error también de no revisar la sentina antes de partir, y ya estaba algo llena. Y… bueno, tras un rato achicando el problema quedó resuelto. Por mi parte secaba el suelo a medida que se mojaba por aquello de evitar resbalones, como ya os he comentado, había mar de fondo y eso se meneaba bastante. Esa es otra, tengo la fortuna de no marearme, o al menos aún no he pasado por ello. Puedo estar dentro de una batidora haciendo cualquier cosa y no sentirme mal.

Otra incidencia: hubo algún error a la hora de instalar el piloto, por lo que tuvimos que prescindir de él durante el viaje. Sin embargo no hubo problemas para alternarnos a la caña. Todos nos ofrecíamos a relevar al compañero sin establecer turnos para ello durante el día.

No teníamos muy claro lo del tiempo, constantemente estábamos pendientes de los partes. La duda que teníamos sobretodo era la zona del Delta del Ebro. Por lo visto no pintaba bien por allí, y Roger tenía dudas pues pasar el Delta de noche, en malas condiciones y con tripu poco experimentada no era nada prudente. Aquí, no puedo dejar sin nombrar a mi Miguelito, conocido en la taberna como maese Epops. Le llamé para que le echara un vistazo al parte. El casi bi-abuelo dejó sus labores de jardinería para mantenernos informados. Y día a día nos hizo de meteorólogo. Bueno, ya es sabido el enorme cariño que le tengo a este hombre, además de cofrade es mi amigo, de esos de los buenos, con los que puedes desahogarte contando las cosas buenas y malas de la vida. Porque Miguel es de esos extraños seres que te preguntan como estás y esperan a oir la respuesta (esta frase no es mía). Y es que se hace querer Miguelito Me encanta cuando viene a su barco. Como sea busco tiempo de donde no lo hay para echar un ratito con él. Me gusta escuchar los retazos de su vida, y él me escucha a mi. Y es que Miguel es un gran tipo. Vaaaale, vaaale, ya me callo, que no es peloteo, solo cariño del bueno. Por cierto, enhorabuena Miguel por el nacimiento de esa nieta. 

Finalmente, y como las dudas persistían y Roger es muy prudente, hicimos noche en Torrembarra. Antes de llegar al puerto llamamos por radio. Al principio el marinero nos respondía en catalán a pesar de dirigirnos a él en castellano. Posteriormente no obtuvimos respuesta alguna. No pasaba nada, pues tanto Roger como yo lo entendíamos, pero digo yo que por educación podría haber pensado ese chico que quizá no le entenderíamos. Imaginaos que es un portugués, o un francés el que llama. Si no tiene muchos conocimientos de español, ¿Cómo ponérselo más difícil con el catalán? No pretendo polemizar, pero creo que un asunto de lógica. De todos modos tuvimos la suerte de que una embarcación que pescaba por la zona hizo de intermediario entre nosotros y el puerto, un señor muy amable. 

 Atracamos en la gasolinera. Repostaríamos a partir de las 9 de la mañana, hora en la que abrían. Eso sí, agradecí y mucho una duchita caliente. El marinero, que por su actitud anterior no me simpatizó en un primer momento mejoró en distancias cortas. Nos recomendó varios lugares donde comer, y ¡en castellano!. Fue agradable, la verdad. Cenamos si no recuerdo mal en el Capricho. Y la verdad que cenamos muy muy bien.

El puerto…¡¡una gozada!! No he visto nunca un puerto tan tranquilo. No había apenas un cristiano por allí, reinaba el silencio. Nada de luces de colorines ni el machacón chumba chumba de sonido de fondo. La verdad es que da gusto poder cerrar los ojos y no oir jaleos, ni música hortera ni preocuparte de si el borracho de turno se dedicará a lanzar botellas tratando de hacer diana en la cubierta. Javi comentó que el barco de TBO estaba en ese puerto, pero al no tener modo de ponernos en contacto con el perdimos la oportunidad de conocer a otro de los habituales de la taberna. Otra vez será.

Partimos a la mañana siguiente, en cuanto llegó la hora para poder repostar y tras un rápido café. El tiempo parecía que iba a acompañar, así que la idea era de dar un buen tirón. Y así fue. Los días son muy cortos, y se nota una burrada el cambio de temperatura en cuanto el sol se esconde.  La primera tarde del día de la partida, Roger nos reunió para que todos opináramos sobre las guardias. Es algo muy positivo para la tripulación (desde mi punto de vista) que el patrón tenga en cuenta todas las opiniones.  El tema era claro: Éramos 4, las noches eran muy frías y el tiempo tranquilo. De los 4, Roger y Pirata tenían muchas millas a su espalda, yo unas poquitas y Luis era completamente novato. En definitiva: 2 con experiencia y 2 sin ella. Así que nos repartimos por un lado Roger y Luis, y por otro Pirata y yo. Se estipuló como horario de guardia desde las 11 hasta las 7 de la mañana, con duración de dos horas por turno.

¿Por qué dos horas? Muchos fueron los factores que influyeron. Por una parte poca experiencia por parte de la tripu. Obviamente, por otro lado serían pocos días y relativamente cerca de la costa, además de que las condiciones de la mar eran buenas. Así que dos horas serían buenas para prestar atención en las guardias y suficientes para llegada la hora de descanso darnos tiempo a entrar en calor y dar una cabezada. He descubierto que soporto muy mal el frío. Es algo que me cala poco a poco, me bloquea, y no solo físicamente. Una vez que me enfrío me cuesta moverme, reaccionar, casi pensar. Y me da sueño. Para la próxima sé que en lugar de tanto trapo superpuesto tiraré de ropa interior de alta montaña, es lo mejor del mundo. Mis hermanos han sido escaladores ambos, y a pesar de enfrentarse a duras condiciones llevaban escasa ropa. Eso sí, los calzones de pata larga y las camisetas interiores de esas térmicas es lo más efectivo por lo que me han contado.  Eché de menos el peto que usaba mi hermano para hacer snow en Sierra Nevada, el cual está desterrado en el fondo de algún armario precisamente porque daba mucho calor. 

 Otra de las cosas que llevé y al final resultó muy práctica fue una de esas mantitas polares pequeñas. Pa taparme las piernas como las abuelas. En mi barco siempre hay de estas, es agradable arroparse con ellas en la bañera o echar una siestecita sin necesidad de tirar del saco de dormir. Al final se quedó permanentemente en la bañera y la disfrutamos y agradecimos todos. Esas mantas las encuentras en todos lados con su funda-saco a juego y por un precio medio escandalosamente barato: entre 3 y 9 €. Yo suelo comprarlas en Casa o Natura. 

A Javi le sale el café mucho mejor que a mi. Por mi parte, intentaba que el interior no anduviera muy desordenado. Sí que me fijé que Roger es extremadamente ordenado y eso es algo que agrada y se agradece. Puesto que dormía en el salón, al levantarse volvía a colocarlo todo en su sitio. A mi me sucedía algo igual, no me gustaba llegar a proa y encontrarme el saco y ropa por medio, así que por las mañanas lo volvía a guardar hasta la noche siguiente.

Fregué los escasos cacharros que usamos, recogía basura y hasta pasé la escoba. Quería sentirme útil. No sé, bueno, sí sé. Sé que no tengo mucha experiencia, ni muchos conocimientos y cuando se liaban a trajinar con el piloto pues poco podía hacer. Pero sí podía calentar una tortilla (claro, que Pirata antes me tuvo que explicar donde estaba la llave del gas y como se encendía la hornilla), y podía preparar las ensaladas y en general las comidas. Así que yo misma decidí encargarme un poquito de la intendencia. Lo cual no quiere decir que crea que esa es la obligación de las mujeres si las hay a bordo. No caballeretes. Dentro de unos años, a medida que mis conocimientos y mi experiencia vayan a más pues querré ser útil en otras cosas, Y cuando toque intendencia pues será por eso, porque toca. Pero en esos momentos pa poco más daba. Eso sí, he de decir que apenas había que hacer, pues todos mis compañeros eran organizados, y en ningún momento el patrón tuvo que darnos órdenes de haz esto o lo otro. Creo que todos cumplimos nuestro papel bien. 

Los días con sus noches transcurrieron muy tranquilos. La verdad es que pa lo que yo hablo estuve bastante calladita. Y es que una habla muuucho. Pero necesitaba esa tranquilidad. Hubieron ratos de charlas. Ratos de lecturas. Ratos de reflexiones. Nuevamente observé al patrón, creo que él más que nadie estaba reflexivo. Me pregunté en varias ocasiones si estaría contento, a gusto. Si se estaría aburriendo con nosotros. Si echaría mucho de menos a sus niños, en especial al más peque. También me preguntaba que pasaría por la cabeza del niño, de Luis, en su rostro había serenidad. Deseé que experimentara las sensaciones que todos hemos vivido al engancharnos la mar. Deseé que ésta le atrapara también a él, que le robara un poquito del corazón para que así pudiera seguir navegando. Y Javi… ¿Cómo estaría su barco? Pirata ya había empezado a dar forma al sueño que durante tanto tiempo ha acariciado. Me pregunté donde iría una vez echara al agua a su barco.

Y claro, pensé en los míos. Mis padres, los mejores del mundo. Desde el accidente de mi hermano sus vidas han cambiado, han envejecido de golpe. Antes salían todos los fines de semana ¡mira que les gusta el bailoteo y la juerga!. Sin embargo, desde aquel fatídico día de enero han sido contadas las salidas. Ya no tienen ganas. Y luego mis hermanos. El chico dando pasitos, esforzándose mucho. Su disciplina, su fuerza de voluntad son increíbles. Y el mayor. Aisss, creo que es el más feliz de todos. Espera un hijo, su primer hijo, nunca le he visto tan ilusionado. Le veo pleno, tiene todo lo que puede desear. Lo que no entiendo es por qué van a llamar Mario a mi sobrino. ¿Mario? ¡¡Yo quería que fuera Miguel!!, como él, como mi padre, mi abuelo…Bueno, habrá que consolarse, al menos las tres primeras letras del nombre del que está por llegar suenan premonitorias. Ojalá nos salga pirata, como su tita. 

El sábado debíamos parar a repostar. Y lo hicimos en Moraira. ¿Qué decir? A todos nos encantó. Empezando por la belleza de ese lugar, y la amabilidad de sus marineros. Y como no, nuestra Alejandra, esa rubia con uno de los corazones más grandes que he conocido. ¡Qué ganas tenía de darte un abrazo! Cuando te llamé y nos dijiste que acabas de salir a la mar sentí un pellizquito de pena. Pero al saber que regresaste bien pronto pues ¡qué alegría!. Vales mucho, ya lo sabes, así que no cambies nunca ni dejes de sentir como sientes. Estás llena de vida guapa. Nos presentaste a tus niños, y Carlos. Y tu amiga (aisss mala memoria la mía pa los nombres) Tu barco…. Una maravilla. Has de hacerle muchas millas a éste. Seguiré esperando que pongas rumbo al Sur y te vea pronto en mi puesto. 

Tras comer y tomar café con Freeblue en ese precioso lugar volvimos a zarpar. Siguiente destino: Cabo de Gata, El Cabo, mi Cabo. Partimos con un buen sabor de boca. Es muy grande eso de ir de puerto en puerto y abrazar a amigos. Y más si es en lugares tan maravillosos como lo es Moraira. Prometo volver. Según caía la tarde el frío aumentaba. ¡Detesto el frío! La 2ª noche de guardia fue en uno de los turnos, especialmente dura para mi. Me dolía bastante el codo y las cervicales. Nada grave, un par de pinzamientos y el típico  y puñetero codo de tenista, y hubo un momento en ese turno que el dolor, el frío y el cansancio hacían mella. Me costaba mantenerme al timón. Pero tampoco quería quejarme por miedo a alarmar al personal.  En esos momentos deseé estar abajo, calentita. Javi preparó una de esas cremas de champiñones bien caliente. Sientan como Dios. Acepté con agrado que él se encargara de la rueda, me acurruqué en un rincón de la bañera porque el dolor no menguaba. ¡Dios! Cuanto agradecí ver subir al otro turno llegada  pa poder echarme un rato. Me tomé un analgésico y caí enseguida. Afortunadamente hizo efecto y desperté mucho mejor. Luego, al día siguiente, sopesé que de haber ido sola en el turno, probablemente tendría que haber pedido un relevo, pues no me encontraba nada bien. Y claro, heroicidades las justas, tengo claro que sería peligroso haber estado en esas condiciones a cargo del barco.

Esa mañana, una vez todos en pie eché una buena cabezada en la bañera, con los primeros rayitos de sol. Luis, muy galante se encargó de arroparme con su chaquetón. ¡Que gustazo dormir así, al solecito! Ya en aguas de Almería sentí ese cosquilleo de emoción al ver una costa familiar. Cabo de Gata es impresionante. Es un lugar que no por ser mi tierra, sino por la belleza salvaje que emana me tiene cautivada. La tarde dejaba escapar sus últimos rayos de sol pasando frente a Mesa Roldán. Las puestas en el Cabo son grandiosas. Sus colores, el relieve de la costa delante de una impresionante paleta de intensos rojos y naranjas.

Y ahí estaba yo, deseosa de hacerme con el timón para pasar nuevamente mi Cabo. Tan confiada como siempre. ¡Joder! La sonda pasó de golpe de 30 y tantos metros a 7-8. Avisé a Juanjo. Mira que he pasado veces,  por allí, pero claro, ¿pa que coño iba a estudiar las cartas de la zona? Claro, he pasado en varios barcos, algunos con más calado que el Alendra,  y muchísmo más cerca de la costa cuando el tiempo lo ha permitido, y no me había dado cuenta de que la sonda marcaba tan poco. Aunque esa es otra, solo la miraba de cuando en cuando. Ya en los día posteriores averigüé que era la lasca del arrecife de las Sirenas la causante de tan poco fondo. Nuevamente la mar me enseñaba que el exceso de confianza es una estupidez. Ahora mismo una de las cosas urgentes que necesita mi barco son cartas oficiales. Iré comprándolas poco a poco, empezando por las zonas que suelo navegar. Y de aquí en adelante me encargaré de darles buen uso estudiándolas antes durante y después de las travesías, por cortas que sean. 

Bueno, según avanzábamos millas, se decidió que el final de la 1ª etapa sería Almería, el domingo. El destino final era Rota, pero por las diversas obligaciones laborales y familiares de la tripulación no pudo hacerse completa. ¿El puerto? Pues a ser posible uno de la Eppa. Y aquí toca hacer mención especial a Pámpano. Bueno, llamé a Pámpano porque es un hombre generoso, siempre dispuesto a ayudar, al que, como a Epops le tengo gran cariño. Estaba previsto llegar la tarde noche del domingo, y había que ver como podían volver mis compañeros a casa y dado que era festivo y llegaríamos de noche dejar zanjado con antelación el tema del amarre. Pampano se encargó de la gestión. ¡No imagina lo bien que nos vino! Fue una suerte contar con él.

Pampáno tenía antes su barco frente al mío, en Aguadulce. Desde que se marchó a Roquetas no he vuelto a ver al Sureño, un gran barco en manos de un habilidoso armador. Está haciendo maravillas con él. Atracamos junto a él. Al llegar a Roquetas, ya de noche, efectivamente no había nadie en el puerto excepto el guarda de seguridad que ya estaba avisado. Por cierto, un hombre muy muy agradable. Me dio mucha alegría volver a ver al Gran Sureño. Es una sensación entrañable, tras tantas millas, volver a ver barcos que conoces, costas que conoces, la sensación de estar en casa. Pero la travesía ya había terminado. Me quedé con ganas de pasar el estrecho.  

La nota amarga de la travesía fue no poder ver a Josep. Me debe una hojita de un calendario. Pero… eso son cosas mías y no vienen a cuento. ¿Qué quien es Josep? Bueno, no lo conocéis. Y la verdad, soy muy egoísta y no pienso compartirlo con vosotros. Dudo muchas veces que yo lo conozca. Josep es un marino de los auténticos. No, no es cofrade de la taberna (que yo sepa). Pero es mi amigo. Si a alguien le debo más que a mi misma haber realizado un sueño es a él. Fue el mayor culpable de que hoy tenga el PER, y un barco, y navegue. Porque sí, siempre he tenido la mar en vena, pero a veces es necesario tener ahí a alguien, que te lleve de la mano o que te de patadas en el culo si es necesario para seguir adelante. El destino no quiso que coincidiéramos. Quien sabe, la mar es muy grande y a la vez muy chica. Y si el destino lo puso en mi camino estoy segura que volverá a cruzarnos 

Aunque, bien mirado, ¿de qué me quejo? Ya puedo decir que he recorrido buena parte de la costa española. Ya llevo unas cuantas millas más a mis espaldas. Y el grato recuerdo de todos los amigos encontrados durante mi viaje, la sensación de que la mar, aunque inmensa, es muy chica para los que navegamos en ella, pues día a día, en cada puerto, haces nuevos amigos. Algunos de ellos con los que he coincidido siempre en la mar, pero en distintos lugares. Amigos con los que pienso volver a encontrarme nuevamente en los puertos o en la mar. Amigos que siempre llevaré en el corazon 

3 comentarios

Rosier -

Sentí el no poder verte, a veces el destino es caprichoso...
Me alegro de haberte leido, deduzco tu felicidad y me enorgullece leerte así
Un beso mi niña

Topmi -

Si tuviera que decirte escribirte en esa hoja del calendario una palabra, te diría ARMONÍA.
Me siento feliz muy contento por haber hecho posible un giro en tu singladura por la vida.

Tu Topmi }{

TioPiter -

Bueno, bueno...
Te has hecho esperar, pero veo que vuelves con ganas. Muy "chula" la crónica de la navegada.
A ver si pronto completas el cuaderno de bitácora con alguna singladura espectacular por el Cantábrico.
TioPit