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Carena

Esas buenas gentes de mar

Esas buenas gentes de mar

Lo mismo que los ríos devuelven el agua al mar, lo que un hombre da ha de tornar a él.

(Proverbio Chino) 

 

16 de julio de 2006

 

Vivo en un barrio de tradición marinera, un barrio de pescadores. Les llaman jabegotes. Buscando que significaba  eso de jabegotes descubrí que era un modo de pesca, con jábega, muy típica en Málaga. Mi abuelo era malagueño y pescador, y como él muchos malagueños que se acercaban a esta costa a faenar y acabaron afincándose aquí.

La patrona de mi barrio es la Virgen del Carmen. Mi familia es muy creyente, a pesar de no practicar demasiado, sólo en ocasiones puntuales. Yo, desde que empecé BUP en un colegio del OPUS DEI, me aparté bastante de mis creencias. Sin embargo, el día que me compré mi barquito hice una promesa, que era navegar acompañando a la Virgen en la procesión marinera del 16 de julio,  día en que la sacan a la mar. ¿El motivo? Simplemente me hacía ilusión, quería agradecer mi fortuna, y no sabía a quien o como dirigir ese agradecimiento.

No pudo ser.

Es curioso el azar que a veces nos depara el destino. Hasta el día 16 de Julio, día de la Virgen del Carmen, no tuve motor para poder siquiera salir del puerto. Sin embargo, ese día, que para mi en cierto modo era especial, pude navegar tras largos meses en dique seco.

Hace ya algunos meses, en una conversación con Miguel y Rafael, el 1º me dijo que tenía un fueraborda en su casa, en Madrid, que estaba nuevo y que no usaba. Me dijo que la próxima vez que bajara a Almería lo traería para que lo usara en tanto a él no le hiciera falta. El mero hecho del ofrecimiento me dio alegría, sin saber siquiera si se llevaría a cabo. Lo comenté en casa, y con algunos amigos. Estaba orgullosa de los nuevos amigos que había hecho, y de esa generosidad desinteresada.

Mi madre me dijo: -¡Tu estás tonta niña! ¡Pero mira qué eres inocente! ¿Cómo te va a traer un señor que apenas has visto unas pocas veces un fueraborda? ¡Desde luego te lo crees todo! Habrá sido un comentario para animarte. Mi madre es muy buena mujer, la quiero con locura, pero en ocasiones me saca de mis casillas. Aunque fuera un  comentario para animarme a mi me bastaba. Le tengo aprecio a ese hombre.

Miguel  ha mamao la mar desde chico, y cuanto cuenta sus historias su narrativa es amena, hace que parezca que navegar es fácil y lo más cotidiano del mundo. Es un tío optimista, lleno de vitalidad y da gusto verle siempre  tan pendiente de "su moza" como él la llama. Es muy nervioso, diría que impulsivo y algo que me encanta es que sonríe mucho y le brillan los ojillos al hacerlo otorgándole una expresión infantil y traviesa. Rafael, otra gran persona a la que adoro, es pausado, piensa bien las cosas antes de hacerlas, es metódico, muy práctico. Sí, diría que Rafael es un tío muy inteligente y tiene a su lado a una gran mujer. La verdad es que les he cogido un cariño  muy especial.

Volviendo al día 16,  ese fue el día que regresó Miguel, venía a arreglar la orza de su barco. Rafael apareció también temprano, y los 3, junto a mis padres que me acompañaron esa mañana desayunamos tranquilamente. Seguidamente nos fuimos al cachalote a instalar el soporte y el fueraborda que  Miguel trajo consigo. Yo estaba como en una nube. Se pasaron el día trajinando, fue un día duro para ellos. Me sentía algo inútil, no sabía que hacer, apenas me limité a mirar y sobretodo procuraba no estorbar. Hicimos (hicieron) una pausa a mediodía. Rafael se fue a casa y yo comí en el Kacao con Miguel. Después cada uno a su barco, una breve siesta y vuelta a la faena.

Acabaron a última hora de la tarde. Yo tenía un cosquilleo en la tripa, ese nerviosismo como cuando eres niña la primera mañana del día que empiezas el cole. El motor llevaba varios años sin usar y no sabíamos si arrancaría. Estaba nuevo y nunca le había dado problemas pero aún así no teníamos la certeza de si respondería. Probamos (Miguel) y ¡¡arrancó a la 1ª!!

Bueno, no sé si podéis imaginar como me sentía, al fin iba a salir mi viejo Cachalote de nuevo a la mar. Sacarlo del amarre fue complicao, había levante (pa no variar) y no respondía marcha atrás. Pero salió, ¡digo si salió! A la caña Miguel, en la proa Rafael y yo….yo seguía en una nube. Fue una vueltecita muy breve, pero en ese ratito toqué el cielo.

Entrando de nuevo al puerto sonaron los cohetes, la procesión de la Virgen del Carmen había comenzado. Di gracias para mis adentros, no sé si era casualidad, o si en los malos momentos te agarras a la fe. Solo sé que ese día mi ilusión recuperó las fuerza que se había adormecido. Esa  noche no dormí, Al día siguiente, no había salido el sol aún cuando ya estaba en pie camino del puerto. El cachalote me esperaba y lo iba a llevar de nuevo a la mar.

 Miguel me dijo días después que la gente de mar está para ayudarse unos a otros. Esas palabras resuenan en mi mente, no las olvidaré nunca, y estaré siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesite, al igual que lo han hecho conmigo.  

Gracias Miguel. Gracias Rafael. No imáginais lo que habéis hecho por mi. Aunque ese motor no hubiera llegado, o no hubiera arrancado el agradecimiento y el cariño  sería el mismo, tenéis e mi a una amiga para siempre.

 

Grandes hombres y grandes lecciones las que me han dado.

4 comentarios

Polen a de la Rocha -

Pero bueno!!! ¡¡menudo veranito!! Has desaparecido del mapa ¿donde te metes pirata?

Polen a Androgen -

Fernando, siempre tan dulce :)
Tengo fortuna de conocer a tanta gente maravillosa. Me ausento a temporadas, ya sabes, pero siempre regreso y lo más importante, no olvido a la gente que quiero

De la Rochaç -

Me alegra mucho, que al final ese "Cachalote" puede estar en su habitat natural, nunca rechaces la ayuda de la gente marinera, y nunca la niegues, un beso princesa, cuidate mucho, Rubén.

Androgen -

La calidad de las personas también se mide por la calidad de la gente que atrae cerca suyo...
Así que tu calidad es grande, no lo dudes :)

No sabes cuánto me ha alegrado leerte hoy ya sabrás por otro lugar que te añoraba.

Un abrazo muy fuerte con una sonrisa muy grande :)