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Carena

Verbenero

Verbenero

Verbenero (RAE): Alegre, movido, multicolor. Bullicioso

 

Hace un par de domingos fui al puerto sin idea de salir a navegar, dado que las previsiones meteorológicas daban poniente fuertecillo y ni tengo suficiente soltura ni mis velas están como para ser más temeraria de lo que he sido hasta ahora. Las costuras de la mayor se deshilachan con sólo rozarlas con la yema de los dedos. Y estaba sola, a la peña le gusta el rollito de los barcos para hacer el paripé: sol bañitos y poco más. ¿Navegar? La mayoría no sabe ni quiere saber qué es, no les interesa. Y yo no les entiendo.

 

Aún así fui al puerto con idea de ventilar el barco y darle un baldeo. Al poco de llegar, y en plena faena llegaron Francisco y su socio. El primero es  uno de los anteriores propietarios de mi cachalote. Francisco compró un fortuna a medias con unos amigos, El Verbenero, un Fortuna. Lo tienen 2 amarres más allá del mío. Es un barco que usan solo para regatas, creo que no salen en plan crucero nunca. Eso sí, cuidan hasta el último detalle del barco, regatean cada semana y lo tienen al día en todo.

 

Esa día iban a sacarlo para probar unas cuatas cosillas que habían modificado en su barco para ver qué tal respondía. No sé si me vieron las miradas envidiosas que les echaba o la cara de cachorrito abandonao, lo cierto es que cuando uno de ellos me dijo: “¿te vienes?” me faltó tiempo pa soltar lo que estaba haciendo y subir a bordo del verbenero. ¡Qué pasada! Nunca había subido en un “barco regatero” y confieso que me encantó. Es más grande, más rápido, es un barco muy veloz, o eso me pareció a mi. Hay una diferencia abismal comparando con el mío, aunque claro, están diseñados para distintos tipos de navegación.

 

Formábamos una tripulación curiosa: un psicólogo un psiquiatra y una loquita. ¿Adivináis quien era yo? Nos (se) picaron con un Bavaria 37, le dimos alcance, les aburrimos y cuando consideraron que ya habían aburrido al sufrido armador del Bavaria cambiamos el rumbo. Me divertí muchísimo, el viento apretaba, el barco escoraba bastante y la compañía era fabulosa. Además conocí un poco más a los armadores del Verbenero. Francisco, el psicólogo, es un cachondo, no puedes parar de reír con él. Simpaticote al máximo, y buena gente. Se portó bien, muy bien conmigo, antes y después de venderme el barco. El otro, el psiquiatra (jo, tengo una memoria malísima pa los nombres) me sorprendió. Siempre ha sido muy atento conmigo, el más atento de los armadores del Verbenero. Pero parecía un tío muy apocado, tímido. A bordo de su barco conocí a una persona totalmente distinto. Un hombre seguro, que sabía lo que hacía a bordo. Un buen patrón. No sé por qué, pero  lo vi distinto. Y me gustó lo que vi. Inteligente, serio y atento, muy atento y agradable. Me lo pasé bien con ellos, excelente compañía para una mañana dominguera.

 

Lo dicho, el Fortuna genial. Y a bordo de él pensé mucho en mi Cachalote, tan chiquitito y rechoncho. Un barco pesado, cabezota y tranquilón. Pero le echaba de menos. Claro que me gusta el Fortuna de mis vecinos, y ojalá vuelvan a invitarme a acompañarles en una regata de verdad. Pero a bordo puse en una balanza ambos barcos. El mío es chiquitito, viejo, pero es un barco que no necesita a nadie más si no quiero. Esa eslora me permite navegar sola. Disfrutar de la navegación por gusto de navegar. El verbenero…. No sería capaz de manejarlo sola, al menos no ahora. Y para regatas necesitaría depender de tripulación. No, decididamente estoy contenta con lo que tengo, y… de momento no necesito y sobretodo no deseo nada más. Estoy muy satisfecha con lo que tengo.

7 comentarios

pierre nodoyuna -

te pasa como a mí, que te subes en barcos mayores, regateros, nuevos... que te gustan mucho, pero cuando te subes al tuyo y ves que tu sol@ puedes manejarlo todo, aunque vayas mas despacio, que con una patada al pantalan sales a navegar, y que con dos tirones de driza tienes las velas arriba y ya estan navegando, se te quitan las ganas de cambiar, unido a que es el tuyo y forma parte ya parte de ti, no lo cambias por nada.

Polen a Androgen -

Muaaaaaaaackssss

Polen a Winch -

Pues hijo, si quieres verlo solo tienes que avisar. O pedirme fotos (mejor el directo)

Polen a De La rocha -

Aisss lo que engancha es la mar aunque sea a bordo de una cáscara de nuez (bueno, vale, confieso que subir al fortuna me resultó muy divertido y me quedé con ganas de más)

Androgen -

Claro, porque es Tuyo, ya le has donado una parte de tí, forma parte de tu esencia...

Cómo no echarlo de menos así, ¿verdad? :)

Un abrazo.

Winch -

¡ Por fin he visto al Cachalote! (bueno, su popa).

Después de haber salido a navegar en él con la entrada anterior de tu blog.. tenía muchas ganas de verlo (las fotos del interior no me permitían hacerme una idea).

Buenos vientos
__/)/)__/)__

De la Rocha -

uy uy uy uy

jajajajajajajajajaa

cuidadito, que enganchan que no veas

besos, capitana de mis entretelas

Rubén.